martes, 5 de agosto de 2008

Merseybeat en la era del Punk


Flamin' Groovies
The Flamin' Groovies - Shake Some Action (1976)



En estos momentos de zozobra veraniega, ataviado con unas pantuflas con aire acondicionado y un tinto de verano, en Garajeland nos da por pensar (no se asusten, con el frío volveremos a nuestras viejas costumbres y dejaremos de estrujarnos las meninges). Si fuéramos calvos y tuviéramos un gato de angora en el regazo pues precederíamos a conquistar el mundo cual Doctor No del extrarradio, pero como aquí lo que nos gusta son los acetatos, los vinilos y las cañas con limón, hemos decido hablar sobre un disco fresquito fresquito y veraniego (esta bien, está bien... no tenemos ninguna excusa, pero teníamos que contar algo de los ‘Flamin Groovies’ antes de que terminara el año o caería sobre nosotros una maldición gitana).

Quien no conozca la carrera de este grupo que se formó en San Francisco en plena era del la psicodelía decirle que se está perdiendo uno de los emblemas de la música de la coste oeste americana y, también, que es algo bastante lógico; dado que los Groovies nunca tuvieron el reconocimiento mediático que seguramente hubieran merecido ni tampoco les tocó un piso de protección oficial. Sea como fuere, no les ha ido mal con la fórmula que podrían patentar: la de que sus discos fueran editados en el momento equivocado en el lugar inapropiado. Me explico, si 'Shake Some Action' hubiera salido en 1965 en Inglaterra, los Groovies hubieran partido la pana en las listas inglesas y de ahí hubieran sido profetas en su tierra (y sí, en esta frase hay más tópicos que en todo un discurso sobre la no-crisis española). Al mismo tiempo, si el ‘Teenage Head’ (de 1971) hubiera salido cuando lo hizo Action, habría triunfado, quizás por su tono stoner rock. Algunos pensarán que este argumento me lo he sacado de la manga (y no les faltará razón), pero piensen antes lo que habrían durado en el patio del colegio si hubieran llevado unas converse ‘All Star’ blancas a finales de siglo o lo que pensarían las gentes de bien si salieran ahora a la calle con hombreras, Hacer algo glorioso fuera de época sólo lo puede hacer un genio, como dice el maestro. (Por favor pinchen y observen el minuto 0:50).

Flamin GrooviesLa Heineken que sostiene Cirilo es la base de toda alimentación sana, ya lo decía el doctor Bartolomé Beltrán, también pueden preguntar a nuestra experta en cervezas, la señorita Weisse


Pero, vayamos al meollo, ¿quién jerigonzas eran los Groovies? En principio una banda fundada por Roy A. Loney y Cyril Jordan (lo que en mi pueblo serían el tío Roque y Cirilo), en 1969 publican ‘Supersnazz’, disco que recuperaba la estética, cancionero y maneras de la música de los 50 y le daba un poco de lustre y vivacidad gracias a la base rítmica que formaban Danny Mihm y George Alexander, sin olvidar las guitarras de Tym Linch. El disco es una pequeña joya, lleno de detalles y originalidad: uniendo la portentosa y carismática voz de Loney con los licks de guitarra de Cirilo .Naturalmente, no vendió una escoba, cosas de la invasión musical británica; pero hizo que los Groovies ganaran reputación como un gran grupo, salvaje en los conciertos e innovador en las formas. Dos años más tarde, repitieron fórmula con ‘Flamingo’, que añadía cada vez más contenidos sesentosos a la música de los de San Francisco y, al poco, editaron ‘Teenage Head’, del que supongo que se hablará largo y tendido en este blog en algún momento y sobre el que -según cuenta la leyenda- Keith Richards dijo que era mejor que ‘Sticky Fingers’ (el disco de los Stones de ese año). Después de ‘Teenage Head’, Roy decidió abandonar el grupo, sus disputas con Cirilo sobre la orientación del sonido de la banda habían llegado a un punto límite: él quería seguir explotando la vena de Head, mientras que la otra cabeza pensante tenía entre ceja y ceja recuperar el sonido de los Beatles y los Byrds y volver a hacer pop con guitarras. Sin saber todavía quién se quedó con la porcelana cara y quién con el cucharón de la abuela, los Groovies se separaron: Roy hizo carrera en solitario, mientras que Cyril reclutó a un nuevo cantante y guitarrista: Chris Wilson, le puso a apóstrofe al grupo y empaquetó el pijama para Inglaterra con el fin de grabar 'Shake Some Action' como lo harían los Beatles.


El señor con el sello rojo dijo un día: 'Shake Some Action' tiene la mejor-peor producción de la historia". No le hagan caso, desde que tiene un blog está de un listo...



Para conseguir su objetivo contaban con la ayuda a la producción de Dave Edmunds, parte de las mesas de mezclas que utilizaban los Fab Four y un comienzo tan bueno como la canción que da título al álbum. Insistamos: ¿Existe mejor manera de empezar un disco? ¿Mejor primer single que ‘Shake Some Action’? Puede ponerse en duda, pero los que estén a favor tienen argumentos sólidos: una melodía insuperable coronada con un estribillo que eleva el tarareo a la categoría de arte, guitarras respondiéndose con entre sí… Cuatro minutos y medio de puro goce. ‘Shake Some Action’ es una gema pop en 1976, algo así como encontrarte dinero en el bolsillo con el no contabas o un programa interesante en Telecinco (la teoría conspirativa del día: en T5 hay un único programa en el que se habla de todos los demás haciendo creer al personal que hay más de uno. ¿Los culpables de todo esto? Los movimientarios y la Biblia de los Francmasones, por este orden). El inicio del disco puede dar el pego, recuerda al pop sesentero, pero juega con el papel de las guitarras el rock (premio para el diga powerpop). ‘Sometimes’ no intenta esconder nada: es puro Beatles, homenajeados y reinventados por igual. Todo suena en mono, las guitarras luminosas o distorsionadas según se necesite, el bajo dibuja elegantes notas de acompañamiento, las voces cantando juntas con las armonías que ya explotaron los Everly Brothers, por ejemplo, ¡diablos! hasta la caja de la batería suena tan seca y oscurecida en la mezcla como se hacía en los sesenta. Así son ‘It's True’ o ‘You Tore me Down’. Los Groovies parecen juegar a tiro hecho 'copiando' a los maestros, pero no es tan fácil amigos: escribir una canción buena (que salen por cada 1.000 malas) que tenga clase, estilo 'sixtie' y aguante el tipo con Lennon/McCartney no es tarea sencilla. Recuerden, el ‘sketch’ de la empanadilla de Móstoles; esconde mucho más de lo que parece (y se lo decimos nosotros que vivimos a diez minutos de allí), del mismo modo que ‘Please, Please Girl’ es algo más que un guiño al segundo single de los Beatles. Cirilo quería hacer con ‘Shake Some Action’ un homenaje a la música de los 60, a la invasión inglesa en EEUU y a grupos como los Byrds, así nos encontramos con ‘Let the Boy Rock n' roll’, donde las guitarras y los pianos nos remiten a los primeros Stones o ‘She Said Yeah’, donde se les rinde tributo versionando una de sus canciones (fuzz incluido en el bajo). Del mismo modo, los Byrds tienen su homenaje con el ambiente conseguido en ‘Teenage Confidential’ o la exquisitez melódica de 'I can't Hide'. Pero no nos engañemos, los reyes de la fiesta son los cuatro de Liverpool, del que este disco es deudor hasta la médula (hasta tiene 14 canciones, como los primero álbumes de los fab). Ajenos a esto, lo mejor de 'Shake Some Action’‘ es su singularidad, no existe otro disco igual por esa época, que tenga un sonido tan propio y al mismo tiempo tan familiar (hasta la portada remite a las fotos de gente con traje y botines a juego que tanto tirón tuvieron en los primeros 60). Fue un disco adelantado a su época (en plena ebullición del punk) o atrasado a su época, según se mire. Lo único seguro es que ‘Shake Some Action’ es la consecución de un reto imposible: un grupo que suene como los Stones (primera época) y que renazca como un nuevos Beatles en 1976. Es hora de sacar del armario las corbatas estrechas y quitarse el sombrero con un disco que suena como en los sesenta, fue grabado en los setenta y sigue siendo actual. Eso si es un homenaje y no 'Murcia, qué hermosa eres'.



El temazo en cuestión, si guiñan muy rápido los ojos, les parecerá que la imagen tiene movimiento. Ya lo dijo Walt Disney: "imágenes fijas a mí"


Vuestro amigo en el tiempo, Tomás Verleín Leer toda la historia y tal…