domingo, 7 de junio de 2009

Ráfagas de ametralladora de parte de la iguana


Iggy Pop and The Stooges - Raw Power (1973)



En este mundo incierto donde, a la mínima, nos dan la vuelta al mapa (como bien sabe CJ Gregg, la mejor secretaria de prensa ficticia de los EE.UU.), resulta reconfortante comprobar que ciertas cosas que permanecen inmutables, así al hecho de que Florentino Pérez no ha cambiado ni un ápice en 9 años (parece mentira que siga con aquello de "los mejores jugadores del mundo"), hay que añadir que los infantes en edad escolar siguen haciendo trabajos en grupo para la institución encargada de su educación (y no me refiero a la tele). Por si no han tenido la suerte de disfrutar de esta actividad, les pongo las tres posibles resoluciones ante el trabajo en comandita:

1) El trabajo se realiza codo con codo, todo el mundo aporta y tal acto de concordia provoca que el plomo se transforme en oro a instancia de parte (yo este caso no lo he vivido).

2) Que uno del grupo se encargue de hacer el trabajo, mientras el resto se da cuenta de que pueden escaquearse sin problemas dejando el marrón al primer lebrel aduciendo extrañísimas excusas (como visitas de inspectores del gas, luz y teléfono el mismo día).


Iggy Pop and the stoogesTodos los presentes en la foto fueron candidatos a aparecer en una tertulia de María Teresa Campos, las razones de que no ocurriera se desconocen de momento.




3) Que haya dos mentes pensantes, cada una con una idea poderosa de cómo llevar a buen puerto el trabajo y que ninguna ceda ni un ápice, llegando a crear un ambiente de distensión que ni en los mejores momentos de la guerra fría. Lo más normal en ese caso es que cada uno presente su trabajo y ambos coexistan en el universo sin alterar el continuo espacio-tiempo. O quizás no ocurre así, pero a mí me viene de perlas para hacer la introducción del disco (apuesten por eso).

Y es que hablamos de Raw Power, el disco cuya mezcla suscita tertulias en los foros de medio mundo. Por resumir, existen dos versiones de la mezcla: una más rasposa hecha por James Newell Osterberg, Jr. y, otra, algo más suave realizada por David Robert Jones, conocidos por todos como Iggy Pop y David Bowie. Juntos y revueltos grabaron el que supuso último disco de los Stooges hasta ese momento, grupo que podía volverte los párpados del revés mediante descargas adrenalíticas de rock puntiagudo, protopunk o como les guste llamarlo.

La carrera de Iggy Pop and The Stooges no había sido un camino de rosas hasta ese momento: adelantados a su tiempo, tuvieron que esperar para ser realmente considerados como los padres del punk, eso no les reportó beneficio alguno, pero tampoco es que a Iggy le importara mucho, que ya llevaba unos añitos demostrando que sólo él y unos pocos elegidos (incluyan en esa lista a José Luis Rodríguez -El Puma-) podían derrochar tal magma de fuerza en el escenario, dejando el 'darlo todo en el campo' de los futbolistas en una vacua promesa de portarse bien cuando tienes cuatro años. En esto, los fracasos comerciales de los dos anteriores discos habían condenado al grupo al ostracismo, si no llega ser por al agencia de managers que llevaba la carrera de Bowie y que contrató a Pop. Años antes de que estos dos compartieran gustos, aficiones y, hasta puede que edredón nórdico, el destino les unía. Iggy no sabía en esos momentos que David iba a estar al frente de la mesa de mezclas, pero por si acaso ya estaba acostumbrado a los productores raritos (el primer y homónimo disco de los Stooges estuvo producido por John Cale; ya saben el genio de la viola, los jerséis de cuello vuelto y la famosa actitud a la que da nombre).


Iggy Pop and the stoogesFoto patrocinada por la federación española de quiroprácticos


Instalados en Londres y con los Stooges reforzados con la guitarra de James Williamson y la vuelta al bajo (antes fue guitarrista) del recientemente fallecido Ron Asheton, el grupo comenzó a ensayar y grabar lo que Iggy quería que fuera el disco más ruidoso de la historia, con guitarras como motosierras oxidadas y baterías que reflejasen la rabia acumulada. Lógicamente la cosa no podía llamarse de otra manera que Raw Power (poder crudo).

Como ya sabemos, la masterización del álbum tuvo su miga. La agencia de Pop puso el dinero para que Iggy hiciera su disco, pero la primera mezcla del propio Iggy (con los instrumentos en un canal aullando a todo trapo y en otro las voces) no convenció a los mandamases quienes confiaron en Bowie. Éste, suavizó las cosas, dejando los niveles de ruido en algo más aceptable para el público. Lo que irritó sobremanera a la iguana, quien intentó por todos los medios que se conservara su mezcla y que no pudo desquitarse hasta que la Columbia no le pidió que retomara su mezcla para la reedición del disco en CD. Lo curioso del caso es que en 2006, la misma Columbia, sacó una edición en vinilo de 180 gramos que sí conservaba la mezcla de Bowie y que, por arte de birle y birloque, también coincidía en el mercado con una versión pirata de la mezcla de Iggy (llamada Rough Power), sacada a la luz por incondicionales de la iguana y en cuya contraportada existe un sello que explica que nos encontramos ante algo libre de las manos de Bowie.

Después de este galimatías, podemos ir a lo importante: cómo suena. Decir que pocos discos comienzan de una manera tan apabullante como éste, con 'Search and Destroy', poderoso lamento de socorro que deja bien claro que el álbum no te llega, se abalanza sobre ti. No hay riff inicial, ninguna casilla de salida, sólo un ritmo trepidante que bien podría ser un símil de un rotor de helicóptero, fraseos de guitarra que funcionan como ametralladoras y la voz de Iggy, ansioso y urgente narrador de una guerra en primera persona ( 'I'm a street walking cheetah With a heart full of napalm'). Por supuesto, no creo que haga falta comentar que nos referimos a la guerra de los Rose. Es una canción tan tremenda que está permitido volverse un tarado y moverse hasta convertirse en el señor Mcmazo, el del brazo donde la pierna y la pierna donde el brazo. Música del averno tocada por los cuatro jinetes del apocalipsis y, lo peor: nos encanta.


Iggy Pop and the stoogesContraportada del Rough Power, con el sello de la sagrada y mística sociedad de los no-Bowies.


Todo parece relajarse un poco con 'Gimmie Danger'. Lo que empieza con un tono sombrío, parecido a unos Doors más puestos en ácido que nunca, termina con un solo de Williamson acompañado por la voz de Iggy a modo de mantra. Es una pausa antes del desenfreno de salvajadas como 'Your Pretty Face is Going To Hell' y su bajo tocado a martillazos. En todas las canciones hay la sensación de que algo va a explotar, no se sabe si serás tú o lo que te rodea. Sensación que se repite en 'Penetration', gracias a su riff de guitarra, unas débiles notas de Fender Rhodes (o un xilófono) y unos coros fantasmales como ornamento. Aquí, Iggy alcanza cotas de depravación a las que sólo puedo acercarme yo con una tableta de chocolate negro en la soledad de mi casa. Hay de todo: jadeos, gorgoritos, suspiros, todo con la voz de lija del señor Pop, que se convierte un maníaco sexual sin mencionar la palabra sexo ni una sola vez.

La siguiente carga de mortero es 'Raw power', o la visión del rock de los 50 de Iggy, una ráfaga de poder que suena estruendosa y que justifica una visita al otorrino: nunca utilizar trompetilla fue tan satisfactorio. Volvemos a bajar el volumen adrenalítico con la canción que podría servir de presentación a Sick Boy; 'I need somebody'; elegante y sinuosa, es capaz de mostrar el crooner fibroso que Iggy siempre fue. Si después de escuchar esto empiezas a establecer verdades absolutas sobre películas de James Bond, no desesperen, es el efecto Sick Boy.



El disco termina como empezó: tenso y visceral, un chute de zolopino a través de nuestras orejas llamado 'Shake appel': que entre alaridos de Iggy y guitarras ensordecedoras nos da muestras de su calidad como letrista y sus superioridad casi inigualable como intérprete. Después sólo resta 'Death trip', que incide en todos los detalles antes mencionados, pecando quizás de algo repetitiva.

Esta bestia parda de 8 canciones obtuvo poco reconocimiento en 1973, lo que fue del todo injusto Si dijéramos tres características que tendría que tener un disco perfecto, Raw Power las cumpliría de sobra y añade otras más de propina. Mucho se ha hablado de la masterización (sobre cuál es la más fiel o adecuada). En Garajeland creemos que cualquiera de las dos te va a hacer pasar un buen rato. La diferencia está en cómo prefieras tomarte el Don solomillón: si con albóndigas de beber o sin ellas.


Vuestro amigo en el tiempo, Tomás Verléin


8 comentarios:

Troy McClure dijo...

Don Tomas,

Como siempre, deleitándonos con su manejo de los recursos literarios para hacernos pasar un buen rato y culturizarnos.

Si me permite una puntualización, comentar dos peculiaridades del Iguana: su fascinación por untarse mantequilla de cacahuete en su pecho-palomo, y la de salir en la tele a cantar en playback con un manojo de broccoli colgado del cuello.

Mi paupérrima conexión no me permite comprobar si este video prueba mis graves acusaciones, pero estoy seguro que podrá encontrarlo sin problema.

La pregunta es: el hecho de que un sesentón con la pechera a la intemperie y ataviado con un brecol del cuello, ¿ayuda a la juventud a abandonar el tabaco y sustituilo por hortalizas de la huirta murciana, o se trata de una medida disuasoria?

El Enano y otro de sus intrascendentales debates.

Un esquimal onanista (como otro cualquiera) dijo...

Estos se adelantaron a su tiempo pero por la derecha y claro, así les fué.

Señor pequeñito de metal blanco, me temo que el vídeo que usted a puesto no prueba sus gravísimas acusaciones, sólo ha servido para llevarme la grata sorpresa de que el señor Pop es zurdo como cierto esquimal y prácticamente igual de inútil con la guitarra (en el vídeo la suya no suena, en la vida real la mía tampoco).

Buscaría el vídeo del que habla nuestro diminuto y sin embargo muy grande congénere, pero tengo cierto temor a lo pueda vomitar internet en una búsqueda de Iggy Pop + pecho desnudo + broccoli (lo de la mantequilla de cacahuete simplemente lo obviaré). esperemos que algún otor valiente lleve a cabo tan peligrosa misión.

Space Woody/Jagger dijo...

Hace un montón que no oigo este disco. Me han entrado unas ganas especiales despues de leer el texto. Creo que cuando lo oiga lo voy a valorar en mejor medida que antaño. Abrazo.

Tomás Verléin dijo...

Aquí estamos señores. Sin resaca aparente.

@ exPaisano del manhattan alcorconero

Efectivamente, en el vídeo que nos ha mandado de Iggy tiene un comportamiento correcto para lo que es él (vamos que ni se embadurna con ninguna sustancia que deja manchas que luego ni colon pastillas ni se contornea como el pájaro loco hasta arriba de barbitúricos). No obstante, me creo a pies juntillas sus palabras aunque empiezo a dudar de que no fuera usted quien realizaba esos inclasificables actos llevado por un prurito de locura y enajenación similar (y también por un atávico odio a las verduras híbridas y productoras de las pelis de James bond). Tome pregunta al canto.

Respecto a su debate, la pregunta me parece tan genial que sólo puedo añadir: "y dos huevos duros". Todo perfecto para una ensalada oiga.

@Esquimalazo

De nuevo un placer verle por aquí.

No se quite mérito, hasta que no sepamos si hace el 'tres hojitas madre' con la guitarra no podremos juzgarle severamente (o no). Por cierto que iggy lleva también una guitarra de 12 cuerdas si no me equivoco.

@Wood

Le advierto que como siga usted con sus alabanzas a este nuestro bloc, no tendremos más remedio que enviarle el jamón de pata negra. Aténgase a las consecuencias.

Muchas gracias a todos

Tomás Verléin dijo...

Tras una búsqueda y con temor cuando he dado a intro en you tube a esta cadena de búsqueda: "iggy pop broccoli letterman", aquí lo tienen:

Iggy y su campaña para salvemos el broccoli

A partir de los dos minutos la cosa se desmadra cosa fina.

Dos comentarios:

1) los músicos de iggy tienen que pasar un test psicotécnico después de la actuación: vaya burrada de base rítmica!

2) Iggy tiene un cuerpo de persona con 62 años? Debe haberse comprado todos los aparatos de teletienda que anunciaba Chuck Norris

Space Woody/Jagger dijo...

Sr. Tomas: a mí hoy por hoy me produce más interés la lectura sobre música que incluso la música en sí, de la que hace algunos años que me satura. Lo que dije es porque lo pensaba. Siempre le di mas valor al homónimo de los Stooges que al disco éste. Mis elogios son porque los siento de verdad acerca de este espacio, pero recibiría gustoso un jamón de pata negra si soy premiado con ello. Abrazo.

Tomás Verléin dijo...

@Wood

No, no se lo tome a mal. Agradecemos de verdad sus palabras, además viniendo de una persona que se curra su blog como usted lo hace valen todavía más. Nos da ánimos para seguir dándole a la tecla.

Nota: todavía quedan aún más semana de Iggy Pop. Al final acabarán pillándole manía al pobre señor Pop.

Space Woody/Jagger dijo...

Hey Tomas, ni por asomo me lo tome a mal. Igual me expresé erróneamente. Quiero continuar aspirando al jamón de pata negra. Abrazo.