Hace algunos años salía muchos días por la estación de Callao en dirección a mirar discos y otras varietés. A decir verdad, los vagos como yo que buscamos cualquier escusa para tener tiempo libre y no tener que trabajar pasamos cerca de muchas estaciones de metro. Lo cierto es que en esa misma salida siempre había un buen señor que vendía cordones para gafas. “A veinte duros los cordones para gafas”. Lo sé porque siempre repetía lo mismo, era un eslogan que permitía pocas variaciones, y tanto que no se alteraba ni una coma en su intento de convencer a la gente de incorporar como complemento tan útil artilugio alargado. Siempre pasaba a su lado y pensaba comprarle alguna vez algún cordón para gafas, por aquello del desgaste que provocaba verle todos los días y guardarlos de recuerdo o algo así. Lo cierto es que casi siempre volvía con un CD (en aquella época uno y no más) o tan pelado que no me podía permitir el capricho gafiruril. Supongo que es por aquella época cuando el señor Verleín (a veces instructivo y con gusto) me empezó a convencer para trincar algún disco de Wilco.
Tweedy con un topógrafo se queda dormido mientras mira un mapa. Te entiendo querido “migrañas”
Decir cosas de Wilco que la gente no sepa es complicado y largo (ya he dicho que era muy vago). Surgieron de cuando Uncle Tupelo se fue al garete y Tweedy se llevó consigo a todo cuanto quedó de aquello, y añadiendo a un pequeño genio de largas pelambreras llamado Jay Bennett. Tras un primer disco todavía con la influencia del sonido añejo de los Tupelo grabaron A.M., pero como diría Sick Boy en edulcoradas palabras: es bueno pero en tu foro interno sabes que no es el mejor. El segundo disco ya son palabras mayores, ni más ni menos que el Being There, un disco doble, con trazas experimentales, con sonidos añejos, popero, y tan difícil de encuadrar en cualquier estilo o influencias que lo único que se puede decir de él es que sólo suena a Wilco. Lo cual no implica que sean tan complicados de escuchar que sólo lo haga Wilco y la familia de Wilco. Ni mucho menos.
Si tuviera que elegir canciones sobresalientes, todo sale muy extenso y tal, aunque para variar me quedaría con las más cortas y directas al higadillo: “Outtasite (Outta Mind)”, “I Got You”, o “What´s The World In Store” en el apartado de las más calientes. “Say You Miss Me”, “Red-Eyed And Blue” y “Someone Else´s Song” en las tiernas. Las camperas “Forget The Flowers” y “Someday Soon”. Y hasta les perdono que se pongan con ruiditos en “Misunderstood” y “Sunken Treasure”. Pero aquí es donde paro, no quería escribir los títulos de las canciones y si me descuido escribo las de este disco y acabo con el recopilatorio de El Consorcio entero.
¿Cordones para gafas o country-indie-modernillo? Ellos se ríen porque saben que en algún momento todos seremos presbicios y ya tienen su cordón...
Han pasado años y el Being There me sigue gustando tanto que hasta negaría con la cabeza de vez en cuando que el disco que más me gusta de los de Chicago es Summerteeth, más powerpopero que el resto. Al hombre de los cordones para gafas he dejado de verlo con tanta asiduidad, aunque una vez conseguí verle con un cliente probándose unas gafas con sus cordones. Finalmente yo nunca le he comprado los cordones (dicho sea de paso no llevo gafas, lo cual habría sido una compra algo ineficiente). Luego llegó la moneda única y el precio se redondeó de los veinte duros a un euro. Un día que estaba lloviendo cambió los cordones para gafas por paraguas a tres euros (hay que reconocer el mérito empresarial de este hombre). Quizás algún día le grabe el disco de Wilco por si le vuelvo a ver, igual termina gustándole, quizás no. En caso de ser así, espero que no llueva y no esté vendiendo los paraguas, mucho me temo que cuando me arroje un objeto, el cordón va a doler bastante menos.
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'>>>Pincha&Outtasite<<<'
Para los que digan que Jeff Tweedy lo más atrevido que ha hecho en su vida es comer chili de manicomio guatemalteco, ahí le tienen, tocando en la nieve aun a riesgo de meterse el mismo piñazo que se da (creo) Max Johnston.