viernes, 21 de octubre de 2011

La filosofía griega y The Sadies


The Sadies - Darker Circles (2010)

Me he levantado con una reflexión en la cabeza. A ello ha ayudado que una persona esté a mi lado soplando una botella. Esta cavilación venía a ser tan sencilla como profunda: “¿Los grupos en su noveno disco (si es que llegan), pierden el nivel respecto a los primeros? La respuesta la he hallado dejando a la filosofía griega al borde de publicarse en el Pronto: Sí, con excepciones (la otra opción era “eso es como todo” pero ya es una teoría bastante explotada). Analizando el resultado de forma un poco más profunda se puede decir que el sí se cumple en muchas o la mayoría de las ocasiones; las excepciones, The Sadies. Llevan publicando hasta la fecha nueve referencias en formato LP y desde Stories Often Told se han instalado cómodamente en una línea ascendente de la que parece que no se van a bajar tan fácilmente. En estos momentos su posición hay que buscarla en el año 2010 con el disco Darker Circles, momento a descubrir de los últimos dos años.

A partir de ahora, si ustedes cultivan petunias, camisa de petunias. Cultivan orégano, camisa con orégano. Etc.

Canadienses de pura cepa, como el frío, los centros comerciales y los vendedores de maquinillas de afeitar por ebay, y también como The Band, con los que a menudo se les puede ver comparados en los medios que se especializan en sacar similitudes. Cuatro peluquines por banda que llevan juntos desde su primer disco, allá por el cercano 1998. Los hermanos Good se encargan del grueso de la composición y de darle a todos los tipos de guitarras que pasen por sus manos, no obstante, el hermano delgaducho (Dallas) también se apropia de los teclados y el otro hermano en cuestión (Travis), de complexión normal, se deja caer como quien no quiere la cosa por instrumentos de cuerda que se tocan con arco; el contrabajo (sí, tocan con un contrabajo) corre a cargo de Sean Dean; y aporreando la batería el bueno de Mike Belitsky.

Desde el principio de su vida de artistas, las comparaciones con los Byrds más camperos de Sweetheart Of The Rodeo se sucedían cual itinerario del monorraíl de Springfield. Su sonido Folk con tintes de psicodelia les pondría de cara para que fueran definidos como unos The Band actualizados a los tiempos de hacer todo el día el tonto con el teléfono móvil. Tras estas primeras impresiones, no contentos con que los especialistas musicales no paren de añadirles etiquetas comienzan a darse vueltas por el lado salvaje del Surf y el Garaje sin abandonar su estricto sentido por la melodía pop y el espíritu campero. Toda esta amalgama de estilos comienza a esbozarse en el estupendo Favourite Colours y alcanza un punto de casi-perfección en esa pasada de disco llamado New Seasons (huelga decir que quien quiera hacerse con él le pasaremos encantados un enlace con sus bondades). Entre medias han tenido tiempo de que gente de la talla de Neko Case y Andre Williams les metieran al estudio para grabar con ellos, o que ilustres de la talla de Gary Louris o Robyn Hitchcock les lleven a la cama para desayunar zumo de naranja con pulpa para tocar con ellos en alguno de sus discos. En mi humilde opinión y a estas alturas del texto, en el que el noventa por ciento de los lectores llevan puestas las gafas para dormir de Homer, realizar comparaciones de unos tipos que van tan sobrados y que construyen su propio universo musical me parece no reconocer que a estos humanos no se les puede encajonar en ningún lugar concreto.

Los Coronas imitando a The Sadies y viceversa. En ambos casos siempre hay un teléfono con cámara para inmortalizar el momento.

Fuera de ese lugar concreto se encuentra este también estupendo Darker Circles. Inicializado con “Another Year Again”, una canción que suma al espíritu garajero un final psicodélico que es como tomar una cerveza y que las burbujas de ésta te agiten el estómago sin parar. En otro apartado diferente, se mueven con la elegancia de los trajes que calzan en la portada por otros ritmos más otoñales y melancólicos, ya sea en “Cut Corners”, "The Quiet One”, “Whispering Circles” y una (¿o lo son todas?) de mis imprescindibles del disco: “Tell Her What I Said”. Como un disco de ellos no sería de ellos y nos dejaría en mal lugar por las palabras que les hemos dedicado si quedara exento de piezas pasadas por el Country modernillo, en “Postcards”, “Idle Tomorrows” con steel guitar incluida y la personal voz de Gary Louris (que también ejerce de co-productor), y la cercana al bluegrassChoosing To Fly” cumplen el requisito. El cierre del disco lo dejan para “10 More Songs” (alusión a que hay otras diez canciones restantes en el álbum), otra pieza que demuestra que estos pájaros se desenvuelven por diferentes ambientes como pez en el agua.

El disco suena calmado, a veces melancólico, y si bien su belleza puede necesitar de un par de audiciones, seguro que el aficionado selecto termina resolviendo el enigma como si de un amor a primera vista se tratase. Mientras otros grupos andan todavía viviendo de las rentas, haciéndose los tristes y creando un compendio de ruidos y cacharrería que no lleva a ningún sitio, estos se lo pasan todo por una parte anatómica que se estudia en biología, tema tres, el aparato reproductor. Y no van de farol.

Servidor: Megaupload. Contraseña: peluquin

7 comentarios:

vinti dijo...

Ha cambiado el mensaje superior o es que quizás los tengo un poco abandonados y no lo recuerdo en totalidad.
Respecto a tu reflexión inicial, johhny dibud ya me dijo algo similar hace un tiempo. Lo que no recuerdo son exactamente los límites inferior y superior: 3 albumes para poder ser considerados, y 6 ó 9 como máximo.

No sé valorar en este grupo, porque no los conocía...así que toca callar y aprender, que suenan de lo lindo.

vinti dijo...

me parto...monorrail de springfield...por no decir unidireccional

Juanjo Mestre dijo...

Por partes:
1. Algo similar le dije a Vinti? En serio, no recuerdo nada, pero bueno, es que hoy no recuerdo nada de lo que he dicho en esta vida.

2. Me mola mucho la frase "las comparaciones con los Byrds más camperos de Sweetheart Of The Rodeo se sucedían cual itinerario del monorraíl de Springfield".

3. Creo que hice mal eligiendo una copiosa cena y abundante cerveza en el último Turborock a la hora de los Sadies.

4. Gracias por la terapia. Brazzzzzos.

Savoy Truffle dijo...

Qué bien suenan The Sadies, a los que tenía poco tratados, la verdad, pero a partir de este álbum, la cosa cambiará, gracias a este psicoterapeuta medicinal... de pelo ahora... atusado.

Brazzzos.

Johnny Lebrel dijo...

lleva ese vinilo por casa sin abrir años!!

me tienta descargarlo y palparlo antes de abrirlo, pero me puede caer una maldición satanicaaaaaaaaaaa

parece que hemos vuelto:

http://beatgaragepop.blogspot.com/

garage punk ruins my life dijo...

son grandísimos!

Savoy Truffle dijo...

Ahora que ya tengo más discografía gracias a uste psicoterapeuta... la grandeza de este grupo es algo increíble. Qué cantidad de palos tocan, qué buenos son!!!
Viva The Sadies!!!

Abrazos truferos.