lunes, 25 de febrero de 2013

Cariño, esto tiene una explicación ( I )

Joe Cocker - Mad Dogs & The Englishmen (1970)

Joe Cocker Mad Men & The Englishman

 

Búsquenlo, es un papel rosa desplegable que pone cosas sobre su habilidades de conducción, de validadez variable (como máximo diez años) y que lleva asociado el mayor hallazgo en cuanto a tecnología que España ha llevado a cabo: la grapa que sujeta su fotografía. Como ya sabrán los que no se hayan pasado a la versión s.XXI del documento, estoy hablando del Carné de Conducir, único documento español que necesita una funda diseñada ex profeso para poder llevarlo contigo y método infalible para ver la evolución de todo ser humano.

Por decirlo de algún modo: si estás mejor que en la foto del carné de conducir date un abrazo de padre con palmaditas incluidas, porque quiere decir que la cosa no está tan mal como parece. Esa misma foto también puede servir para hacernos reflexionar o para maldecir al señor Mendel, la cosa va por barrios. Si todo esto nos sirve para hacer un flashback (todos a hacer flashback) yo recomiendo dejarse de fotos y pasar a nuestra biografía musical como elemento vertebrador: los discos que más escuchamos, nuestra evolución en nuestros gustos, la cantidad de patitas que le quedan a las cajas de los CD. Esas pequeñas cosas que merecerían un sello de "loco" en la mano y abandonar nuestro trabajo de obrero para imitar a Michael Jackson.

Joe Cocker
El flashback de Joe Cocker incluye una señora con collar que sonríe y un jersey de angora. El pack básico.


Puede ser que esto que cuento les retrotraiga a cierta escena de la peli Alta Fidelidad (creo que en el libro no estaba) donde Rob comienza a hacer una lista de sus discos por orden "biográfico". Por decirlo de algún modo, esa lista sonaba bien, sonaba reconfortantemente bien. Sin embargo, tenía sus fallos, sus fragmentos de información incomprensible a pequeña escala, pero imprescindibles si queríamos conocer a la persona hasta lo más profundo de sus entrañas. Lo que busca esta sección son esas pequeñas rarezas en la biografía musical de cada uno que nos hace ser como somos. Un disco que puede ser una obra maestra, que puede que no te pegue de nada, pero que encaja contigo como la cicatriz en la barbilla de Harrison Ford.

Dicho lo cual y siguiendo una lógica de científico de novela de H.G. Wells, procedo a probar la pócima conmigo mismo en un proceso de tres pasos que cuenta con el beneplácito del doctor Nick Riviera:

Paso 1: pequeña biografía de mi menda.

En mi casa se eligió VHS porque no quedaba ningún reproductor beta en la tienda (luego presumimos de ser siempre de VHS, por supuesto), siempre he sido de Nesquik, a la pregunta de a quién pegarías si a otro o a mí siempre soy la primera respuesta, hace cinco años pensaba que mis discos cabrían en cualquier casa, hace diez ni sabía que los belgas hacían cerveza muy rica y hace 20 toda mi música era Top 40 y una cinta de casete de Emilio Aragón.


Joe Cocker
Años después Fernando Hierro utilizó este mismo gesto en su mítico: "Ya no sabes cómo jodernos".


Paso 2: una pequeña lista de algunas de las cosas que me descarbincunquintan musicalmente:

- Scarlett Johansson: en realidad musicalmente no, pero creo que entraría en cualquier lista de cosas que me gustan incluso aunque estuviéramos hablando de mis pegamentos instantáneos favoritos.

- Los grupos a punto de desastre: locos, bordeando la desafinación, de estructuras imposibles...

- Que se usen guitarras de 12 cuerdas, Hammond o otros sucedáneos del cerdo ibérico.

- Las armonías vocales, en este punto entran desde las celestiales o las venidas desde el mismísimo infierno.

- Los detalles instrumentales, un solo de guitarra en su sitio, una línea de bajo que se funde, un charles de batería abierto aquí o allá. Nada de virtuosismo exagerado. Solo clase en pequeñas dosis.

- Cierta urgencia en la manera de interpretar.

- Canciones de los Beatles.

- Que el artista o grupo se divierta tocando en directo


Paso 3: ¿Qué tiene el disco al que me enfrento hoy para que me guste tanto cuando en realidad no debería ser así?

Como digo, Mad Dogs & The Englishmen de Joe Cocker no debería haberse convertido en uno de mis discos favoritos. Empecemos porque no fue editado precisamente en mi década favorita; un período de tiempo que se acomoda bastante a la frase de Ian Fleming sobre los caballos: "peligrosos por ambos extremos e incómodos por el medio" (los primeros años y los últimos son de plena efervescencia para servidora, mientras que los centrales se me suelen atragantar bastante gracias al Rock Progresivo). Por otro lado no tengo una gran colección de discos en directo, me cuesta encontrarles el punto en la mayoría de las ocasiones y lo mismo podemos aplicar de los megaconciertos: ¿Son de los afortunados que pueden ver sin pausa el concierto de Bangladesh? ¿Incluida la parte de Ravi Shankar? Admiración, respeto, un proceso de clonación de su persona... todo aparece en mi mente al pensarlo.

Mad Dogs & The Englishman
Juro que un minuto antes de que Joe Cocker dijera "barra libre para todos" había solo dos personas en el escenario


Vale, de primeras todo juega en contra de este disco, ¿pero qué le hace merecedor de aparecer aquí?

Pues sencillamente que a veces la música te conoce mejor que tú mismo... Este directo es un ejemplo del paroxismo musical: un número de miembros que dejaría satisfecho a Phil Spector al tender a infinito, canciones que se suceden a un ritmo vertiginoso, improvisaciones varias... Una locura Además cuenta con armonías vocales y suficiente detalles instrumentales como para cumplir todas mis necesidades. Amén de contar con una nómina de protagonistas que va desde Bobby Keys, Jim Keltner, la sección rítmica de Derek & the Dominos...  y, por supuesto, incluye canciones de los Beatles y también de los Stones, Dylan, The Box Tops y auténticas joyas en directo como Space Captain o mi canción favorita de Leon Russell, Delta Lady, autentica bestia parda musical al que conocí con este disco. 

No tengo ni idea de cómo llegué hasta este álbum. Literalmente: no sé si me lo dejaron, me lo recomendaron o apareció un día en mi casa y entabló relaciones con la pelusa de debajo de la cama (a la que yo llamo cariñosamente Ramona). 

No saben lo bien que sienta tener claro que algún día podrás contarle esta historia a alguien junto con otras de igual intensidad biográfica como la sucinta razón por la que Asalto al Poder de Mario Conde es la piedra filosofal de la estantería familiar.



Porque todo en esta vida tiene una explicación, aunque a veces haya que darla con una señorita en el armario y con la verborrea de Antonio Ozores yo les propongo: ¿tienen algún disco que cabría en esta sección?


Vuestro amigo en el tiempo, Tomas Verlein
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miércoles, 20 de febrero de 2013

Un nuevo gallito en el R&R: Kurt Baker

 

Kurt Baker - Brand New Beat (2012) 

Lo digo honestamente, hay días en los que a muchos artistas que se hacen los tristes y ponen cara de pena en fotos promocionales en blanco y negro me dan ganas de ir a pegarles una colleja por detrás y salir corriendo (que se le va hacer, soy así de cobarde y enquencle pero me defendiendo bastante bien en salir corriendo tras una fechoría). Luego tienes tipos como Kurt Baker, que además de ser de Portland y tener una pinta de simpático que no cabe en su peluquín, se ha marcado como línea de ruta una más que interesante filosofía presocrática (nota, la filosofía presocrática puede no coincidir con lo mencionado en este post): Discos vitaminados e inmediatos, frescos y con el propósito de hacerlo pasar bien, muy bien al que lo escucha. El ABC del Rock And Roll. Ya dije en la lista de favoritos de 2012 que este Brand New Beat no había entrado por el factor tiempo, o concretando, me compré el disco un día más tarde de la publicación de aquel post. Momento el de hoy para enmendar errores del pasado.

   
Claro, Kurt Baker puede posar con un sexteto cervecil y que la estampa quede elegante, a diferencia de si lo hacemos en garajeland, que pareceríamos Paul Gascoigne celebrando San Patricio 

Muchos como yo conocimos la existencia de Kurt Baker a través de su anterior grupo, los punk-poperos Leftovers que tantas alegrías me dieron con lo que a la postre sería su último disco: Eager To Please. Tras dejar el grupo y en apenas un año, lo que va de 2010 a 2011 ya había grabado dos discos: el mini Lp Got It Cover, de siete canciones como siete versiones, incluyendo a The Knack, Elvis Costello, Nerves o Nick Lowe (puede que junto al solitario señor del faro las almas gemelas de este bloc). El segundo ya intuía que esto de la frescura en el pop se le da estupendamente bien, si encuentras una copia de Rockin' For a Living no dudes en hacerte con una, que ya escasea alarmantemente.

   
Y aquí los responsables de Brand New Beat y del alquitranado del techo que hizo que la del quinto dejara de quejarse de las goteras 

Sin mucho más tiempo que perder publicó hacia finales del pasado año Brand New Beat (en vinilo en España fácilmente localizable gracias al sello Torreznetes). Un compendio de buen sonido powerpop que activa mi atrofiado sistema neuronal. El disco se abre con la enérgica “Hit The Ground”; se pega al lado más melódico con la exquisita “Don´t Go Falling In Love” y esa tierna y jugosa “She Can Do It All”; muestra el lado ramoniano en “Partied Out”; como no sólo de las vitaminas vive el humano “She´s Not Sorry” y “I Don´t Wanna Cry” se pasan al lado pop aparcando el power para después; un después que llega al final del disco con otros pildorazos importantes como “Weekend Girls” y el ocaso del disco con toda la chulería de un buen ruocanrolero que se precie con “Qualified”. Diez canciones con gran sonido en la producción (siempre que pienso en un productor me acuerdo de Martin Hannett bebiendo jarabe ¿les pasa lo mismo?) y que pese a la inmediatez con la que van entrando todas las canciones no decae, al menos en mi caso, tras las muchas escuchas que le he dado. Por fin se puede hablar de que hay un nuevo talento en el mundo powerpopero, y la criatura sólo cuenta con veinticinco añitos. Esto es lo que pasa cuando se invierte bien en educación, porque los niños son el futuro uo uo uo.


Se puede escuchar el disco entero en su web de Bandcamp (otra modalidad contacten con nosotros amablemente)
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miércoles, 13 de febrero de 2013

7´´, 45 r.p.m. y un pequeño aniversario: The Crawdaddy´s


 The Crawdaddys - Five By Four 

Actualizar este bloc al ritmo al que se dimite en tierras ibéricas (más bien lento) tiene sus ventajas: Una es que las posibilidades de plagio se reducen bastante por una mera cuestión estadística; aunque sea una estadística inventada, pero eso lo saben el cincuenta y siete por ciento de las personas. Otra es que uno tiene más tiempo para regar el cactus de interior. La última, y más bochornosa ventaja, es que a uno le permite volver como si tal cosa con el mezquino propósito de recordar el quinto aniversario desde el primer post publicado. Son cinco años ya desde aquel lejano post de los Clash, y bien es cierto, todos lo pensáis: es posible que si contabilizamos el tiempo de trabajo y publicación llegaríamos rácanamente a los dos años de existencia. Entendemos de sobra esos reflexiones, pero piensen que si todo es una excusa para degustar la mejor oferta comercial jamás publicada en formato 7’’, el 5x4 de los Crawdaddys, bien invertida estará una pequeña mentirijilla sin importancia.

Francamente, si no veo la familia de zarigüeyas, dudo mucho que estén haciendo una sesión fotográfica junto al Monorail

No es ahora cuestión de contar íntegramente la historia de los Crawdaddys. Porque no queremos meternos demasiado en terrenos patilludos; ni traicionar los valores de este espacio: descansar a la mínima ocasión (mínima está subrayado), probar todos los productos de la huerta de Bertín y no pertenecer a La Masía; ni una de las más importantes, como es dejar la puerta abierta para en un futuro desgranar como se merece esta gran banda, pionera del revival garajero que tanto gusta en esta casa.

Seguro que no descubrimos nada sobre ellos a todas aquellas respetables personas que siguen este espacio, pero que menos que dejar unos leves apuntes de la historia de los Crawdaddys. El denominador común es el peluquín de Ron Silva y el de Steve Potterf, que a finales de los setenta basaron su existencia en cumplir a rajatabla las ventajas de la dieta mediterránea pese a ser de la californiana ciudad de San Diego. Ventajas consistentes, evidentemente, en honrar el Beat, el Rhythm & Blues y el Garaje. Todo ello como si no hubiera existido un más allá de 1965. El EP 5x4 supone su primer 7’’, a diferencia de la mayoría de los grupos, este formato no supone su debut discográfico, norma que se acababan de saltar en el imprescindible Crawdaddy Express de un año antes al 1980 del citado 5x4. Cinco canciones en reducido espacio, y para ello que mejor que embrutecerlas y dotarlas de un frenético ritmo, ya sea en la única versión del disco (“Pretty Face”) como en las cuatro composiciones propias del grupo. Todas, y repito lo de todas, imprescindibles píldoras. Me da igual que sea “Lolette”, “I Can Never Tell”, “I´m Gonna Leave You” o “I´m Dissatisfied” ¿Se puede molar más en menos tiempo? Lo dudo, y mucho.

Servidor: Uploaded. Contraseña: 43gambas
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